Cuando la mayoría de la gente piensa en Halloween, le vienen a la cabeza las calabazas talladas. Las calabazas han sido una parte tradicional de Halloween durante siglos. La historia de las calabazas se remonta a Irlanda, donde la gente tallaba grandes nabos y patatas para alumbrarse en las oscuras noches de otoño. Estos "farolillos" deben su nombre a la leyenda de Jack el Tacaño. Según la historia, Stingy Jack era un hombre malo e impopular que engañó al diablo varias veces. Al morir, se le negó el acceso al cielo y al infierno. Se vio obligado a vagar por la tierra sólo con carbón encendido para iluminar su camino. Jack metió el carbón en un nabo tallado y desde entonces vaga por el mundo. En Irlanda y Escocia, la gente empezó a tallar sus versiones de las linternas de Jack en nabos y patatas para ahuyentar a Jack el Tacaño y a otros espíritus malignos. Cuando los inmigrantes irlandeses llegaron a América en el siglo XIX, continuaron con esta tradición. La talla de calabazas se popularizó rápidamente en América y hoy es una tradición