El descubrimiento del ADN comenzó con la identificación de la nucleína por Friedrich Miescher en 1869. En 1953, James Watson y Francis Crick propusieron el modelo de la doble hélice, revolucionando la genética. Los avances en la secuenciación del ADN, como la secuenciación de Sanger, permitieron el mapeo y la manipulación de genes, posibilitando la ingeniería genética y la genómica. El Proyecto Genoma Humano (1990-2003) aceleró aún más la investigación sobre el ADN, contribuyendo a la medicina personalizada, la terapia génica y las aplicaciones forenses. La tecnología del ADN ha tenido un profundo impacto en la ciencia moderna, estimulando colaboraciones interdisciplinares y descubrimientos en biología, medicina, agricultura y muchos otros campos.