El cambio es inevitable; cómo lo gestionemos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Un cambio puede adoptar la forma de un acontecimiento o una serie de acontecimientos que alteran nuestra forma de hacer las cosas. Las transiciones personales, como empezar un nuevo trabajo, iniciar una relación o volver a estudiar, pueden ser tan difíciles como las modificaciones en el trabajo. Las nuevas tecnologías, la reducción de plantilla, la reorganización, un nuevo jefe u otros motivos suelen provocar cambios en el trabajo. Sea cual sea el motivo, es esencial tener un plan para gestionar la transición. Un plan de gestión del cambio organizativo es un documento formal elaborado para guiar a una organización a través de una transformación significativa con el fin de garantizar que los cambios sean controlados y coherentes. Está diseñado para apoyar la implantación de cambios en una organización. Proporciona un marco para identificar, evaluar y responder a los cambios de forma sistemática y coordinada. La estrategia debe incluir una descripción clara del cambio y de las funciones y responsabilidades de los implicados. También debe esbozar los motivos,